domingo, 23 de junio de 2013

Nadie va a estar contento. A propósito de la Reforma del Servicio Civil.


Nadie parece estar contento, pero todos piden cambios. Hay personal nombrado 276 que reclama mejoras salariales y derecho a la carrera, además de tener derechos semejantes o iguales al personal 728. El personal 728 también reclama mejoras salariales (aunque no de todas las entidades pues existen escalas con un buen nivel salarial) y derechos similares o iguales al personal 276. El personal CAS reclama incrementos salariales y similares derechos para todos. Los sindicalizados temen por sus puestos porque van a ser evaluados y despedidos. Algunos sindicalizados piensan que es una excusa para hacer ingresar a gente del partido de gobierno. Otros intentan hacer pensar que no debe haber Personal de Confianza.... La cosa no es fácil...
De otro lado, la ciudadanía invoca y clama para que el Estado sea eficiente, que les sean atendidos sus necesidades en los servicios esenciales: salud, nutrición, derechos humanos, seguridad, respeto ambiental, etc.; los inversionistas buscan que el Estado no sea una barrera burocrática y que sea más flexible en sus exigencias administrativas. Siendo así, es un verdadero y exigente reto poder equilibrar necesidades de la ciudadanía, respuestas rápidas y eficientes del Estado, derechos laborales de los trabajadores estatales e igualdad de régimen, pero todos (los trabajadores) tienen sus necesidades y las opiniones que se vienen vertiendo tienen, inevitablemente, una tendencia subjetiva orientada a solucionar su drama laboral. Por ello no todos van a estar contentos.
Me parece que debe haber respeto por los que se encuentran en la Administración Pública desde hace tiempo y esto implica que en el nuevo régimen laboral (es decir el Servicio Civil) no todos los trabajadores tendrán similar situación y ello lo deben entender quienes tienen pocos años en el Estado. ¿Cual sería la propuesta de cantidad de años a considerar?, es seria esta discusión. En segundo lugar, la homologación salarial para todos los trabajadores existentes en base al nivel que han adquirido y ello implica que parte del exito de la nueva ley se encuentre en la escala salarial a proponer.
Solucionando la preservación de los derechos laborales individuales adquiridos y la homologación salarial se satisface la principal preocupación de todos los trabajadores y estarán dispuestos a ponerse a disposición de las buenas intenciones estatales (probablemente, hasta aquí, más de uno puede discrepar, pero... ya lo dije antes, nadie va a estar contento).
De ahí, una vez satisfecho las necesidades básicas, el personal del Estado debe poner de su parte (y no es que afirme que no lo están haciendo, pues existen un gran grupo que a pesar de sus bajos salarios y precaria situación laboral lo vienen realizando). No es fácil para los trabajadores estatales mantener la serenidad cuando la ciudadanía reclama que el Estado está "lleno de burócratas". Por ello, el servidor público debe reconsiderar que si trabaja en el Estado es por la ciudadanía y debe servir a los usuarios, contribuyendo a la eficiencia del Aparato Estatal, ¿cómo?, demostrando que son excelentes trabajadores, aceptando el reto que pueden superar las exigencias del trabajo especializado, el resultado esperado, la labor en equipo y las evaluaciones que se impartan. Aqui el compromiso de SERVIR deberá ser garantizar una evaluación ajustada a cada nivel de carrera. Solo los que son eficientes deben ser capacitados y apoyados en su progreso. Y los que no son tan eficientes, que cuenten con una oportunidad para mejorar su desempeño. Pero también el Estado debe ser capaz de liderar para seleccionar adecuadamente a sus funcionarios, a los que dirigiran al equipo de personas que tendrán a su cargo. En ello, aquellos que indican que la responsabilidad de la debacle de la carrera administrativa es del personal de confianza en parte es cierta. La existencia de favoritismo todavía persiste en el Estado y lamentablemente ello rompe y dispersa toda intención de generar identidad de los trabajadores con la visión de un Estado moderno.
Me faltaba mencionar que también es necesario saber que el Estado tiene su propia dinámica de trabajo y que por cierto condiciona algunas aspectos de los derechos colectivos laborales. Un ciudadano o un colectivo de ciudadanos pensará que si la negociación colectiva permitiese mejoras remunerativas, en pocos años los fondos del Estado pueden desaparecerse... es discutible, pero aqui existen necesidades de interés público que condicionan los derechos laborales colectivos y que lo diferencian de la negociación colectiva del sector privado. En este punto, un lector que sea sindicalizado me puede tildar de que ya tengo una marcada tendencia o predilección por grupos de intereses económicos, pero es una situación objetiva latente. Asi es el diálogo, no puede dejar de existir discrepancias.
Como verán, el tema es hartamente complejo y creo que satisfaciendo unas exigencias mínimas, de imperiosa necesidad, se genera el espacio para que el personal de Estado pueda interiorizar que su misión es la de servir a la ciudadanía. Ya lo vienen haciendo, no todos, pero los hay...
Y como siempre digo.... si alguien lee estas líneas, va a discrepar... nadie va a estar contento.... pero hay que seguir aportando ideas.

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